COSMOLOGÍA TEOSÓFICA



(Observación: esta es la séptima y última parte de la investigación de David Pratt sobre la cosmología y cuyo inicio lo pueden encontrar aquí, y le agradezco profundamente a Nicolás por haber traducido un artículo tan grande, pero a la vez tan interesante de leer.)


  ÍNDICE

    1.  Introducción
    2.  Evolución e involución
    3.  Ciclos evolutivos
    4.  Estados superiores de la materia
    5.  Nacimiento y muerte de las estrellas y los planetas




1 - INTRODUCCIÓN

De acuerdo con la tradición teosófica o Sabiduría Perenne, el Espacio es infinito y eterno. Y dentro de la inmensidad ilimitada del Espacio están apareciendo y desapareciendo constantemente innumerables mundos como "chispas de eternidad" en todas las escalas concebibles, poblados y compuestos por entidades vivas en evolución a diferentes niveles de desarrollo y que experimentan ciclos de nacimiento, vida, muerte y renacimiento.

(Nota: por Espacio, la teosofía no se refiere al espacio que observamos, sino a un espacio abstracto atemporal y sin dimensiones.)

Además, la materia física representa sólo una pequeña octava en un espectro infinito de conciencia-sustancia, y existen mundos y planos infinitos que interactúan y se interpenetran (unos más densos y otros más etéreos que el nuestro) y los cuales se hallan fuera de nuestro rango de percepción, pero son tan materiales para sus propios habitantes como lo es nuestro mundo para nosotros.

El Universo es trabajado y guiado desde el interior hacia el exterior, y en ese proceso los planos más sutiles ejercen una influencia formativa y organizativa en los planos inferiores, tal y como nuestros cuerpos físicos están animados por elementos más sutiles de nuestra constitución.

Las fuerzas que mueven y dan forma a la materia reflejan los patrones y prototipos impresos en los planos superiores (la "Mente Universal") durante ciclos evolutivos anteriores, y de este modo una inteligencia instintiva estimula a la naturaleza (1).

El término teosófico general para las fuerzas naturales es Fohat, que se asocia comúnmente con la electricidad (2).

Helena P. Blavatsky lo define como "la esencia de la electricidad cósmica", "la energía eléctrica siempre presente e incesante con poder destructivo y formativo en el Universo de la manifestación", "la fuerza vital propulsora universal" y que representa "la potencia activa (masculina) de Shakti (que es el poder reproductivo femenino) en la naturaleza" (3).






2 - EVOLUCIÓN E INVOLUCIÓN

Los cuerpos celestes nacen, evolucionan, mueren y se reencarnan, pudiendo llegar a ser más grandes o más pequeños, aproximarse entre sí o separarse, expulsar o absorber materia y radiación, explotar, fisionarse, colisionar y fusionarse.

No obstante, el espacio en sí es ilimitado y eterno, no puede emerger a la vida en una explosión o aniquilarse a sí mismo, y tampoco se puede expandir o contraer.

Gottfried de Purucker llamó a la teoría de un Universo en expansión (o peor aún, "espacio en expansión") como "puramente imaginaria", "un cuento de hadas científico" y "totalmente errónea", argumentando que el desplazamiento hacia el rojo de la luz de las galaxias distantes podría originarse por la luz que experimentaba algún tipo de absorción o retraso a medida que pasa a través del éter espacial antes de llegar a la Tierra (4).

Y también escribió:

« El ocultismo afirma que en todas las cosas grandes y pequeñas, ya sea un universo, un sol, un ser humano o cualquier otra entidad, hay una sístole y diástole constante, cíclica y secular, similares a las del corazón humano. Y este latido del corazón cósmico no se asemeja en nada a la expansión del Universo.

El marco o corpus del Universo, si entendemos por este término la galaxia o un agregado de galaxias, es estable tanto en estructura como en forma relativa durante el periodo de su manvantara [periodo activo], precisamente como lo es el corazón humano, una vez que se ha alcanzado su pleno crecimiento y función. » (5)

La mitología hindú habla de la inhalación y exhalación de Brahma (la Divinidad Cósmica) cuando los mundos emergen, evolucionan y se retiran desde y hacia su seno.

Algunas personas han trazado paralelos entre esta idea y la de un Universo oscilante en que el espacio se expande y contrae de forma alterna, pero existe una interpretación más sensata.

En La Doctrina Secreta, cuando se discute el origen de los mundos, Blavatsky cita lo siguiente de las estrofas del Libro de Dzyan:

« La Madre [espacio] se abulta, expandiéndose desde dentro hacia fuera al igual que el capullo de la flor de loto. »
(Estrofa 3:1)

Y añade la siguiente explicación:

« La expansión “desde dentro hacia fuera” de la Madre, llamada en otras partes “aguas del espacio”, “matriz universal”, etc., no alude a una expansión desde un pequeño centro o foco, sino que, sin referencia al tamaño, limitación o zona, significa el desarrollo de la subjetividad ilimitada a la objetividad ilimitada  (...) Implica que esta expansión, sin ser un aumento de tamaño (ya que la extensión infinita no admite la ampliación) era un cambio de condición. » (6)

En otras palabras, la expansión puede referirse a la emanación o despliegue de planos o esferas progresivamente más densos desde la cumbre espiritual de una jerarquía, hasta que se alcance el mundo más bajo y material.

En el punto medio del ciclo evolutivo, comienza el proceso inverso, y esto significa que los mundos inferiores se desmaterializan y se subliman gradualmente para ser reincorporados de nuevo a los reinos superiores, o como se dice en el versículo de Isaías 34:4, "y se enrollarán los cielos como un libro".

Por lo tanto, la expiración e inspiración pueden referirse a la expansión del Uno en los muchos, y la posterior reabsorción de los muchos en el Uno.

La evolución e involución de los mundos no implican que el Universo en sí mismo viene a la existencia a partir de la nada, o que se expande como elástico y más tarde se contrae y desvanece en la nada, sino que son los mundos dentro del espacio (planetas, estrellas, etc.) que se materializan y se subliman.

La totalidad infinita de mundos y planos no sólo rellenan el espacio, sino que son espacio.

(En lo personal, si bien concuerdo con David Pratt que en la Teosofía, la expansión “desde dentro hacia fuera” se refiere a la densificación de la Esencia Divina que va tomando formas de vida cada vez más materiales para luego volverse a sublimar y regresar a su fuente original.

En cambio no concuerdo con Gottfried de Purucker quien se muestra muy antagónico con la idea de que el universo pueda expandirse o contraerse, y considero que así como nuestros pulmones se expanden y se contraen mientras respiran, bajo el principio de correspondencias, el universo también podría hacerlo. Aunque no sabría decirles si esa expansión corresponde a la teoría del Big Bang.)







3 - CICLOS EVOLUTIVOS

De acuerdo con la Teosofía, ninguna cosa o entidad, ya sea átomo, humano, planeta, estrella, galaxia, o agregado de galaxias, aparece fortuitamente desde la inexistencia. Sino que en realidad un ser físico nace porque una entidad interna o alma está volviendo a la recorporización, y cada nueva encarnación es el resultado kármico de la precedente.

No hay principio ni fin absolutos para la evolución, sino sólo lugares de comienzo relativos y otros de detención o reposo. Y también los planetas se recorporifican varias veces durante la vida útil de un sistema solar, y las estrellas lo hacen en múltiples ocasiones durante la existencia de una galaxia.

Los astrónomos estiman que la Vía Láctea tiene una edad de 13'200 millones de años (esto es alrededor de 500 millones de años más reciente que la supuesta edad de todo el Universo).

La Teosofía, por el contrario indica que nuestra galaxia tiene cientos de billones de años de antigüedad y se afirma que el ciclo mayor o Maha-Manvantara, del cual nuestro Sistema Solar es parte, dura 311.040.000.000.000 de años, y actualmente estamos a mitad de camino, durante el cual se han completado 18’000 recorporificaciones planetarias (7).

(La duración de 311.04 millones de millones de años es lo que la antigua tradición hindú menciona que va a durar la existencia de nuestro universo, "La Vida de Brahma", pero no precisa si se refiere al universo que conforma nuestra galaxia, o al universo que conforma el grupo de galaxias al que pertenecemos, o si corresponde al universo total que conocemos, etc.

Y también la antigua tradición hindú menciona que la duración de las siete rondas de la cadena terrestre es de 4'320 millones de años, "Un Día de Brahma", lo cual dividiéndolo por 4 nos da el resultado de 18'000, y es por eso que David Pratt menciona que se han completado 18’000 recorporificaciones planetarias.

Pero no estoy de acuerdo con él porque la duración de las recorporificaciones planetarias varía según el tiempo y el planeta. Por ejemplo Blavatsky señala que las siete rondas de la cadena lunar duraron menos de lo que van a durar en la cadena terrestre. Y además antes de que los planetas se pudieran formar hubo un largo periodo de preparación preliminar.

Entonces, sí hay que considerar los números que da la antigua tradición hindú porque fueron dados por sabios pertenecientes a la Logia de los Maestros, pero también hay que tomarlos con cautela y no hacer demasiadas conjeturas a partir de ellos.)


La ciencia convencional sostiene que nuestro Sistema Solar se formó hace 4'570 millones de años a partir del colapso parcial de una nube molecular gigante.

Y se especula que en unos 5'000 millones de años el Sol se convertirá en una estrella gigante roja, una vez que todo el combustible de hidrógeno en su núcleo se haya convertido en helio, y por consiguiente la fusión de éste en el núcleo comenzará a producir carbono y oxígeno, haciendo que las capas externas se expandan para engullir a la Tierra.

Eventualmente, las capas externas serán arrojadas y se convertirán en una nebulosa planetaria, mientras que el núcleo estelar se volverá una enana blanca y se enfriará y decolorará lentamente durante muchos miles de millones de años.

Sin embargo (y una vez más) la Teosofía sugiere una edad mucho más avanzada para el Sol. Las cifras exactas no han sido reveladas, pero la información disponible permite una estimación aproximada.

La Tierra tiene aproximadamente 2'000 millones de años (en comparación con los 4'540 millones de años dados por la ciencia) y su vida útil total durará 4'320 millones de años, seguido de un período de descanso (pralaya) de igual duración.

En cada manvantara solar, cada planeta se reencarna siete veces, y actualmente la Tierra está a mitad de camino hacia su quinta reincorporación (8).

Estas cifras implican que el Sol tiene cerca de 37 mil millones de años terrestres y existirá por lo menos otros 20 mil millones más.

(Aunque el Maestro Kuthumi efectivamente afirmó que un manvantara solar está compuesto por siete ciclos planetarios. Por las razones mencionadas arriba, yo no estoy seguro que ese resultado sea el correcto.)






4 - ESTADOS SUPERIORES DE LA MATERIA

Dejando a un lado el exotismo de la materia y energía oscuras (ya que estas son ficciones inventadas para salvar el Big Bang), se cree que más del 99% de la materia en el Universo físico existe en el estado de plasma.

Mientras que la mayoría de los científicos considera al Sol como una bola de plasma (o cuarto estado de la materia), la Teosofía sostiene que el interior de dicho astro consiste principalmente de materia en sus estados quinto, sexto y séptimo, desconocidos para los científicos (9), y así, lo que actualmente se llama "plasma" incluye los grados más finos y sutiles de la materia física.

Y también se dice que las nebulosas están compuestas de materia en sus tres estados más altos. Las nebulosas oscuras constan de materia en estado latente o restos de mundos muertos, y comienzan a condensarse y devenir cada vez más estructuradas y luminosas después de un nuevo ciclo de construcción de mundos, lo cual constituye el "amanecer" de la actividad evolutiva (10).

Si bien no existen dudas de que los elementos más pesados se sintetizan a partir del hidrógeno y otros materiales en estrellas y nebulosas (11), la Teosofía afirma que el Sol es accionado principalmente por una afluencia de energía desde planos internos de su constitución, más que por fusión termonuclear.

El Sol es el corazón y cerebro del Sistema Solar y también es el almacén de las energías vitales-eléctricas. El Sol emite enormes cantidades de radiación y plasma ("viento solar") en nuestro subplano, y al respecto se afirma que algunas de las energías y "ríos de vida" que proyecta circulan a través del sistema planetario antes de volver al corazón solar (12).

Basándose en observaciones combinadas con varios supuestos teóricos, los astrónomos creen que las enanas blancas, estrellas de neutrones y los agujeros negros son objetos muy densos y compactos. Sin embargo, se desconoce su verdadera naturaleza y el estado de materia que está involucrada.

En la actualidad es común decir que los centros de las galaxias albergan enormes agujeros negros, como es el caso de Sagitario A*, una estructura nuclear no luminosa en el centro de la Vía Láctea y compleja fuente de radio oscurecida por nubes de polvo.

Los astrónomos convencionales piensan que es un agujero negro súper denso de unos 4 millones de masas solares, pero el núcleo de las galaxias, como las estrellas, emite enormes cantidades de materia y radiación, mientras que los agujeros negros sólo pueden destruir materia.

La emisión de rayos X y chorros polares a veces se atribuye a la energía liberada por el disco de acreción formado por materia que cae en un agujero negro, aunque esta teoría se enfrenta a graves problemas (13).


En la Teosofía, el término de "Sol Central" es utilizado para referirse (entre otros aspectos) al centro galáctico, y por analogía con nuestro Sol, entonces Sagitario A* debe consistir en estados de materia más sutiles que los cuatro conocidos por la ciencia oficial.

El Sol Central es un "sempiterno centro emisor de vida" y existente en una condición de laya (muy etérica) (14) y así se produce un flujo constante de energía-sustancia desde un plano a otro.

La "creación" de materia (es decir, la condensación de materia sutil en materia física) es un proceso continuo en planetas, estrellas, nebulosas, centros galácticos, etc., y cesa sólo durante los pralayas.

El proceso cíclico inverso es la desintegración de la materia en radiación, es decir, su transformación en grados más sutiles de espíritu-sustancia (15).






5 - NACIMIENTO Y MUERTE DE LAS ESTRELLAS Y LOS PLANETAS

Todas las estrellas, los planetas y las lunas visibles son parte de una "cadena" de 12 globos que se hallan en siete planos. Existe un globo en el plano más elevado de cualquier jerarquía particular, y uno en la más baja, con otros dos orbes en cada uno de los cinco planos intermedios, y la misma regla se aplica a cometas, nebulosas, etc. (16).

En nuestro Sistema Solar, todos los globos que vemos son los más bajos de una cadena jerárquica, pero este no es el caso en cada sistema solar que podamos apreciar. Esto ayuda a explicar por qué la mayoría de las estrellas de nuestra galaxia son miembros de sistemas binarios o de estrellas múltiples, donde dos o más luceros orbitan uno alrededor del otro (17).

(Yo no creo que los sistemas estelares constituidos por varios soles sean cadenas solares compuestas por varios globos físicos, porque eso sería equivalente a decir que existen humanos en otras partes del universo compuestos por varios cuerpos físicos, y aunque no lo puedo refutar, me parece bastante improbable. Y pienso más bien que cada uno de esos soles tiene su propia cadena solar.)

Representación esquemática de los doce globos de una cadena planetaria o estelar.


Durante cada reencarnación planetaria o manvantara, 10 oleadas de vida, reinos de mónadas o centros de consciencia (esto es, los tres reinos elementales, los reinos mineral, vegetal, animal y humano, y los tres reinos espirituales o dhyani chohánicos) realizan siete rondas a través de todos los globos, permaneciendo cientos de millones de años en cada uno.

Durante un manvantara solar se producen siete manvantaras planetarios, donde los globos de una cadena planetaria se corporifica sucesivamente en un subplano inferior en cada una de las cuatro primeras reincorporaciones, y luego en un subplano superior en cada una de las tres últimas reincorporaciones.

Y después de ese periodo de actividad (manvantara solar), todo el sistema solar se sumerge en un periodo de "muerte" (pralaya solar) en el que entonces su estrella principal "se extingue, de repente, como un relámpago de luz" (18).

Y este evento corresponde a los estallidos de supernovas y algunos de novas (19).

Los científicos creen que sólo las estrellas muy masivas experimentan explosiones de supernovas, porque en nuestra galaxia una supernova sólo ocurre una vez cada 30 ó 50 años.

Y supuestamente las estrellas más masivas sólo duran unos pocos millones de años, debido a que queman hidrógeno muy rápidamente, pero como ya se indicó, es probable que la vida activa de la mayoría de las estrellas sea mucho más larga de lo que comúnmente se cree.




La Nebulosa del Cangrejo

Esta nebulosa mide 6 años luz de ancho y es considerada como el remanente expansivo de una explosión de supernova. La estrella se sitúa a 6’500 años luz de distancia, y su violento estallido en el año de 1054 fue registrado por astrónomos chinos y japoneses, además de los nativos americanos.

Los filamentos anaranjados son desechos de la estrella y consisten principalmente de hidrógeno. Mientras que el azul de los filamentos en la parte externa de la nebulosa representan oxígeno, el verde es azufre y el rojo es oxígeno.

El centro de la nebulosa contiene un pulsar (que se cree es el núcleo colapsado y ultradenso de la estrella siniestrada) el cual alimenta el resplandor azulado interior de la nebulosa (en.wikipedia.org).




La Nebulosa del Anillo en la Constelación de Lyra

Es una nebulosa planetaria situada a unos 2000 años luz de la Tierra. Los científicos creen que esta capa de plasma fue expulsada hace miles de años por una estrella gigante roja que estaba pasando por la última etapa de su evolución antes de convertirse en una enana blanca.

Los colores son aproximadamente verdaderos, en donde el azul representa helio, el cual se sitúa principalmente cerca de la estrella central; el verde representa oxígeno, y el rojo, nitrógeno (en.wikipedia.org).



G. de Purucker sostiene que durante su tiempo de vida, una estrella es muy etérea y sus velos luminosos exteriores son mucho más difusos que su interior oculto.

Y a medida que envejece, se vuelve gradualmente menos radiante y su cuerpo se torna más denso y material hasta que (justo antes de morir) está en proceso de convertirse en sólido.

En la muerte, cuando se retira el principio interno de vida, la estrella explota en un tremendo resplandor de luz, e innumerables fragmentos de diversos tamaños se dispersan por el espacio y son barridos eones más tarde por la reencarnación del sol que acaba de morir, y también por otras estrellas, junto con planetas y cometas (20).

Las partes más espirituales de los "ropajes" luminosos de la estrella se desvanecen al instante, mientras que las secciones más materiales pueden permanecer temporalmente antes de desaparecer por completo. Los planetas mueren y se desintegran para convertirse en parte del cuerpo solar o entorno directo antes que el sol muera y estalle (21).

Y de igual manera, se sostiene que la muerte del cuerpo humano va acompañada por un destello de luz etérea abriéndose paso por cada poro, no perceptible para la visión ordinaria.

Cuando los humanos mueren, sus vehículos inferiores, o sea el cuerpo físico, cuerpo astral modelo y el kama-rupa (la cobertura astral) decaen lentamente en sus respectivos planos. Mientras que el alma humana entra en un estado de descanso similar al sueño (Devachan), y los yoes espiritual y divino pasan a un estado nirvánico.

Pues bien, algo similar ocurre en el caso de los planetas y las estrellas, pues los globos físico y astral tarde o temprano se desintegran y sus materiales se dispersan y reutilizan por la naturaleza en la formación de nuevos mundos.

(Nada más que en el caso de los Logos smicos, cuyos "cuerpos físicos" son los planetas y las estrellas, el proceso se hace a una escala más gigantesca y su Conciencia accede a niveles de existencia mucho más elevados.)

Los principios superiores o fuerzas de vida de un globo se transfieren a un laya central o "centro de descanso" de materia primordial relativamente homogénea, que se encuentra fuera de nuestro Sistema Solar (22).

Y cuando llega el tiempo de un nuevo manvantara solar, las corrientes descendientes de vida reactivan un laya central solar altamente etérico reposando en el espacio.

Entonces cada plano empieza a diferenciarse y condensarse para devenir una nebulosa giratoria visible, que luego comienza a vagar por el espacio como un "cometa solar" moviéndose lentamente al principio, pero después adquiere velocidad, recogiendo material y volviéndose más denso en su camino.

Hasta que finalmente llega a la ubicación del antiguo sistema solar, donde se asienta, y aquí la nebulosa cometaria se convierte en un vasto cuerpo en forma de disco con núcleos dispersos a través de él, al igual que los órganos de un cuerpo.

En el centro se halla el núcleo más grande que se transforma en un sol, mientras que los núcleos más pequeños a su alrededor crecen para constituir el comienzo de los planetas, y de esta manera la sustancia de la nebulosa es absorbida lentamente por el sol y los planetas en crecimiento (23).




La Nebulosa de Orión

Se cree que la Nebulosa de Orión es el sector de formación de estrellas masivas más cercano a la Tierra. Se encuentra a unos 1344 años luz de distancia y mide 24 años luz de diámetro (en.wikipedia.org).



En los primeros momentos de un nuevo manvantara solar, los planetas se condensan dentro de la nebulosa de la que también surge su sol. Y después de eso, cada planeta se recorporifica inicialmente como un cometa, en un proceso análogo al de un sistema solar “reencarnante”.

Al morir una cadena planetaria, los globos envían sus principios superiores (o energías vitales-mentales-espirituales) a sus propios layas centrales (contenidos dentro del laya central en la cadena) los cuales permanecen en estado latente durante muchas eras al exterior del sistema solar, mientras otros planetas experimentan sus propios ciclos evolutivos.

Y cuando llega el tiempo de una nueva recorporificación, los impulsos de vida de los planos superiores reactivan el laya central y se convierten así en una nebulosa etérea, que luego comienza a vagar por el espacio, volviéndose más y más densa, creciendo tanto a partir de las energías-sustancias que emanan de la mónada interior como desde los átomos de vida (de lo físico a lo divino) que formaron previamente sus variados vehículos (los que son atraídos magnéticamente a esas mónadas).

Hasta que eventualmente es llevado de nuevo al mismo sistema solar y se instala en una órbita alrededor del sol, donde continúa acumulando polvo cósmico y cuerpos más grandes. Y en este sentido, algunos cometas de período corto están en proceso de reconvertirse como planetas en nuestro Sistema Solar (24).

Y una vez que un cometa en los estados más altos de materia física se ha asentado en una órbita alrededor del nuevo sol, los reinos elementales guiados por injerencias espirituales comienzan sus actividades y construyen gradualmente un globo luminoso muy etérico y cuando termina esta etapa, comienza la primera ronda.

El proceso de solidificación o materialización continúa hasta mediados de la cuarta ronda, después de lo cual los globos y las diversas familias de mónadas se eterealizan y espiritualizan hasta que recuperan su estado nirvánico original, enriquecidos por sus experiencias evolutivas en los reinos inferiores de la materia (25).


(Observación: en este artículo David Pratt se basó mucho en lo que dijo Gottfried de Purucker, pero como a Gottfried de Purucker luego le daba por inventar cosas, yo les recomiendo que tomen sus afirmaciones con mayor circunspección de lo usual.)



Referencias

  1. Ver "Key concepts of theosophy and Hierarchies: worlds visible and invisible", davidpratt.info.
  2. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, Theosophical University Press (TUP), 1977 (1888), 1:76, 85, 109-12, 119, 139, 145; G. de Purucker, Occult Glossary, 2a ed., 1996, págs. 50-1.
  3. H.P. Blavatsky, The Theosophical Glossary, Theos. Co., 1973 (1892), págs. 120-1.
  4. G. de Purucker, The Esoteric Tradition, TUP, 2a ed., 1940, págs. 435-8 nota al pie; G. de Purucker, Fountain-Source of Occultism, TUP, 1974, págs. 80-1; G. de Purucker, Esoteric Teachings, Point Loma Publications, 1987, 3:28-30.
  5. Fountain-Source of Occultism, págs. 80-1.
  6. La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:62-3; ver también 1:4, 112, 41.
  7. "Rounds and manvantaras: an outline", davidpratt.info.
  8. Ibid.
  9. Fountain-Source of Occultism, págs. 293-8, 330-1; A.L. Conger (editor), The Dialogues of G. de Purucker, TUP, 1948, 1:33; G. de Purucker, Fundamentals of the Esoteric Philosophy, TUP, 2a ed., 1979, págs. 62, 66-7, 375-6; H.P. Blavatsky Collected Writings, Theosophical Publishing House, 1950-91, 5:155-63; The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2a ed., 1926, págs. 162-5 / TPH, ed. cron., 1993, págs. 319-21.
  10. Occult Glossary, págs. 33-4; Fountain-Source of Occultism, pp. 127-8; Fundamentals of the Esoteric Philosophy, pág. 66; La Doctrina Secreta, 1:101, 588-90.
  11. La Doctrina Secreta, 1:595-6.
  12. Fountain-Source of Occultism, págs. 299-303.
  13. Ver "Big bang, black holes, and common sense" y "Black holes, redshifts, and bad science", davidpratt.info.
  14. La Doctrina Secreta, 2:240 nota al pie.
  15. The Esoteric Tradition, págs. 143-4, 446-55.
  16. Occult Glossary, págs. 52, 130; The Esoteric Tradition, pág. 172.
  17. The Esoteric Tradition, pág. 182; Fundamentals of the Esoteric Philosophy, pág. 525; ver también The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, TUP, 2a ed., págs. 451-2 / ed. cron., 1993, pág. 370.
  18. Fundamentals of the Esoteric Philosophy, pág. 510.
  19. G. de Purucker, Studies in Occult Philosophy, TUP, 1973, págs. 327-8.
  20. Ibid., págs. 324-9; The Dialogues of G. de Purucker, 1:2567; Blavatsky Collected Writings, 10:402-3.
  21. The Dialogues of G. de Purucker, 1:24-8, 2:137.
  22. La Doctrina Secreta, 1:147, 155-6, 173; Fountain-Source of Occultism, págs. 136-7; Fundamentals of the Esoteric Philosophy, págs. 550-1.
  23. Fountain-Source of Occultism, págs. 126-8; Studies in Occult Philosophy, págs. 325-7; Fundamentals of the Esoteric Philosophy, págs. 60-2.
  24. Fountain-Source of Occultism, págs. 133-8; Fundamentals of the Esoteric Philosophy, págs. 59-63, 66-7, 78-80, 592; The Esoteric Tradition, pág. 193.
  25. Fountain-Source of Occultism, pág. 197; The Dialogues of G. de Purucker, 1:256-7.





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